A alguien que empiece a jugar a Tekken 7 le puede llamar la atención cierto detalle que no solo en juegos de pelea, sino en videojuegos en general, es algo que no suele verse tanto. Nos referimos a un aspecto de su particular doblaje, ya que desde su predecesor Tekken Tag Tournament 2 la saga ha tenido la particularidad de que cada personaje habla el idioma de su país natal, interpretado además por un profesional de la industria del doblaje de dicha proveniencia, poniendo por ejemplo esta frase de Miguel, representante de España en la longeva franquicia, como muestra de las cotas a las que llega esta «localización».
Y bien, ¿por qué hablar de Tekken 7 y no del que dio inicio a este particular uso del doblaje? Pues porque es el actual, el que mueve gran parte de personas y torneos y porque en su comunidad es donde se halla la mayor parte de este cultivado amor por los juegos de pelea. Para comprobarlo, puede verse por ejemplo este pequeño documental de Gerald Lee, conocido como Core-A Gaming, sobre el fenómeno que es Tekken en Pakistán, que ha alcanzado una fama milagrosa en un país «en el que no se distribuyen de manera oficial ni Xbox ni Playstations».

La comunidad es la columna vertebral de todo tipo de videojuegos competitivos, el mejorar mutuamente y crear rivalidades y amistades por el camino, y con las noticias de Tekken 8 llegando cada pocos días y la confirmación de que la séptima entrega estará en el EVO —Evolution Championship Series— hay que observar las pequeñas cosas que hacen especial a la comunidad y la saga con el inesperado Premio Guiness a «la historia más conectada de manera coherente sin reboots o saltos extraños de los videojuegos».
Tekken 7 es un festival de personajes clásicos de la franquicia con algunas nuevas adiciones como Lidia Sobieska o Fahkumram. También tenemos invitados, como Negan de The Walking Dead o Geese Howard de Fatal Fury, otros re-imaginados, como Kasumi, la madre de Kazuya con sus propios movimientos, tras años de ser un personaje rodeado de misterio, e incluso nuevos diseños de veteranos de los primeros juegos como Lei Wulong, Julia Chang o Ganryu. En resumen, no solo hay un personaje para cada gusto, sino incluso varios, gracias no sólo a su aspecto, sino a la cuidada y variada coreografía que tiene cada uno en sus movimientos. Buen ejemplo de ello es Armor King, que a lo largo de su franquicia pasó de ser otro modelo de King a su propio personaje, con una personalidad más marcada a la hora de pelear.
«Dime a quién juegas y te diré quien eres«. En muchos juegos, el que elegimos como nuestro personaje insignia o main es quién nos acompañará en el viaje de aprender y mejorar, cosa que en Tekken 7 resalta gracias a que pese a haber a mecánicas universales compartidas por todos los personajes, como el Rage o el Ki Charge, no hay dos figuras que se sientan igual jugablemente. Incluso familiares como los Mishima tienen enfoques distintos respecto al equilibrio de ataque y defensa. En todo juego de pelea hay un personaje hecho a la medida del jugador y Tekken es consciente de esto.

El estilo con el que se trasladan los estilos de comabte es digno de una película de artes marciales, siendo uno de los juegos del género con un enfoque más dinámica a la hora de crear espectáculo, con cambios de ángulo y cámara lenta cuando un golpe puede decidir una ronda, haciéndolo no solo entretenido de jugar, sino también de ver. Esto también es clave en los momentos más recordados de su escena competitiva, pudiendo destacar como ejemplo todo el recorrido de «Lil Majin» durante el EVO de 2018, que brilló con King a base de agarres, llaves y golpes a través de todo el torneo.
Tekken 7 también posee el beneficio de ser el juego de lucha 3D con más visibilidad, incluso a costa de otros como su hermano de Bandai Namco: Soul Calibur —sin desprestigiar su comunidad y carácter, los cuales también son dignos de elogio—, lo que le pone en el foco para los aficionados de este tipo de jugabilidad. Actualmente es el único juego de mecánicas 3D en la alineación del EVO desde 2020, que fue el último año en el que Soul Calibur hizo acto de presencia.

Aún con todo, Tekken 7 no se libra de baches a día de hoy, que le atan a no ser tan acogedor como podría. Cosas como cierta parte de la comunidad de los juegos de peleas, que si bien en términos generales podemos decir que las malas hierbas suelen ser pocas aunque hagan mucho ruido, siguen estando ahí. También otros factores como la conectividad de red bastante aleatoria a la hora de funcionar adecuadamente o el mejorable estado general de la versión de PC, con un funcionamiento bastante lastrado —con la carpeta de cinemáticas sin comprimir dentro de los archivos del juego—, que termina por darle mucha más prioridad y trato a su versión de Playstation 4.
Para lo bueno y para lo malo, Tekken 7 se centra en seguir la historia de los Mishima y en adaptar su modo de jugarse a lo más pulido que se pueda, pese a estas dificultades sigue en pie como uno de los juegos más vistos y jugados alrededor del mundo, difuminando las fronteras a la hora de o bien pasar un buen rato o bien buscar la gloria de ser lo mejor que se pueda.
