No deberías juzgar un manga por su portada. Ni por su sinopsis

Cervantes dotó a su entrañable personaje Sancho Panza de un poder inimaginable y superior a casi cualquiera que se nos ocurra: el de los refranes, siempre tan certeros y necesarios. Es el caso de la celebérrima frase proverbial «no juzgues un libro por su portada» o, si lo preferimos en inglés, don’t judge a book by its cover.

A todos nos ha pasado (y esta humilde redactora se incluye) que más de una vez hemos rechazado una serie por su estilo de dibujo, por las pintas de sus portadas o, por qué no, por su sinopsis. Luego se da la circunstancia de que algún colega nos recomienda esa misma obra de buena fe y le decimos que nos negamos rotundamente a verla o leerla porque vamos con unos prejuicios que tenemos por culpa de esa primera sensación que nos ha causado; y es que las primeras impresiones son muy importantes.

En este artículo vamos a hablar de unas cuantas series que han sido erróneamente juzgadas por mucha gente de primeras debido a su arte, su sinopsis o la imagen que se tiene de ellas en las redes. Detallaremos cada uno de estos aspectos en párrafos posteriores.

No nos engañemos: el que no haya visto o dejado de ver algo por su estilo artístico que tire la primera piedra. Y es que el apartado visual y artístico muchas veces es una piedra angular que puede convencernos de manera positiva o negativa para disfrutar de una obra. Muchas veces la que firma estas líneas ha decidido ver un anime o leer un manga solo por su arte, y algunas veces ha resultado ser una grata sorpresa, pero otras ha acabado siendo una terrible decepción. Lo de guiarse por el aspecto visual es más común de lo que podría parecer; no es extraño ver que alguien dice que no se ve o se lee algo solo porque no le gusta cómo luce. Por ejemplo, no nos sorprenderá haber leído más de una vez que alguien no quiere aventurarse en el manga de Shingeki no Kyojin por el estilo de dibujo de Isayama y, por esa misma razón, prefiere quedarse solo con el anime. Lo mismo pasa con las primeras partes de Jojo’s Bizarre Adventure; hay que admitir que el dibujo de Araki en las sagas iniciales puede no ser del gusto de todo el mundo.

Otro caso más que habitual se da cuando la portada o la imagen promocional de la serie es un tanto desafortunada o no representa del todo bien lo que es la serie en sí. Esto se debe a que muchas veces se pretende captar a un público concreto que, de otra forma, quizás no se animaría a leer o ver la obra. Uno de los ejemplos más evidentes que existen de esto es Excuse me, dentist! It’s touching me! Aunque es verdad que el título también puede dar lugar a equívocos, uno ve la imagen promocional de la serie en Mangaplus y es muy probable que lo primero que se le venga a la cabeza es que es una serie ecchi o, como mínimo, con alguna escena fanservicera típica. Pero lo cierto es que se trata de una comedia bastante divertida y que no tiene muchos momentos subidos de tono que digamos. De hecho, la portada/imagen promocional no es para nada lo que parece, aunque por desgracia no podemos contaros más sin desvelaros el argumento.

Pero quizás sea aún más habitual que lo anterior que nos guiemos por la sinopsis de una obra para decidirnos a entrar en ella de lleno o no. Al fin y al cabo, es la forma más rápida de conocer de qué trata algo y mucha gente antepone la historia a todo lo demás como elemento prioritario para seleccionar qué contenido consumir. También es una de las primeras cosas que ofrecen las editoriales para captar lectores y compradores cuando licencian nuevas obras. Por eso, no es de extrañar que mucha gente sienta repulsión al leer ciertas sinopsis, aunque a veces no sean acertadas tampoco. Uno de los mejores ejemplos de esto que decimos es Oshi no Ko, un manga con un argumento, a priori, extrañísimo. Para quien desconozca de qué trata este manga —que, por cierto, próximamente contará con adaptación a anime—, os dejamos la sinopsis en español disponible en Listado Manga (aunque es casi la misma en inglés en otras webs):

Ai Hoshino es una popular idol de 16 años que lo tiene todo para triunfar: una imagen bella e inocente y talento. Aunque no todo es tan bonito como lo pintan… Un día, Ai se presenta en la consulta de Goro Honda, un ginecólogo que es un gran fan suyo, pero trae una sorpresa: está embarazada de gemelos. Poco puede imaginar Goro que acabará muerto… ¡para renacer como Aquamarine Hoshino, uno de los hijos recién nacidos de Ai! Un mundo que no es de color de rosa como imaginaba, en el que las puñaladas por la espalda y la competitividad enfermiza están a la orden del día. Y por si fuera poco la relación entre los gemelos y su madre revelará más de una sorpresa que nos dejará alucinados.

Oshi no Ko parece cuqui hasta que lees la sinopsis. Y entonces lo lees y deja de ser cuqui y creepy para ser muy duro © Shueisha

Vale, es perfectamente comprensible que esta sinopsis pueda echar para atrás a cualquiera, no nos vamos a engañar. Lo del ginecólogo fan reencarnado es un tanto creepy —como mínimo—, pero Oshi no Ko realmente es una obra magnífica que trata de lo duro y competitivo que es el mundillo idol. Es verdad que no es una serie para todo el mundo y que es un tanto extraña y difícil de entender y digerir en ocasiones, pero en general creemos que merece mucho la pena.*

En otros casos, son los primeros capítulos de la obra los que pueden dar lugar a equívocos. Undead Unluck se nos viene rápidamente a la cabeza cuando pensamos en esta situación. Mucha gente creía que iba a ser una serie con fanservice y ecchi debido a que en los primeros capítulos el autor hace que la protagonista se quite la camiseta. No obstante, este recurso desaparece al poco y resulta ser una serie con un lore interesante y que no tiene nada de lo que en un principio parece.

My Dress-Up Darling realmente es una serie muy bonita que trata sobre el mundo del cosplay, basada en las experiencias de la propia autora del manga, pero que tiene la desgracia de contar con algunas escenas desafortunadas © CloverWorks

Y si hablamos de la imagen que se tiene de una serie debido a las redes sociales, nos referimos a cuando se da una visión equívoca debido a que muchos usuarios de redes comparten siempre las mismas escenas, haciendo pensar que toda la serie trata sobre eso. Se nos ocurre que es el caso de My Dress-Up Darling, que, aunque es cierto que tiene algunas escenas ecchi, no hace hincapié en eso y la serie y la relación entre los protagonistas resulta ser tierna y adorable.

Ante todo esto, vale la pena reflexionar y preguntarse de quién es la culpa. ¿De los responsables de marketing de las editoriales, de los autores, de la gente que publica en redes sociales? Probablemente de todos y de ninguno al mismo tiempo; nos explicamos: no podemos culpar al lector/espectador por tener prejuicios (porque todos los tenemos o los hemos tenido alguna vez), como tampoco podemos echar la culpa a los autores o las editoriales por querer atraer a determinado tipo de consumidor. Tampoco es malo formarse una opinión de una obra, pero lo más aconsejable, aunque sea complicado y lo sepamos, es intentar abandonar esos prejuicios y dar una oportunidad a esa serie con portada o sinopsis rara. Y si no nos convence, siempre estamos a tiempo de abandonarla. Hay que recordar que el manga y el anime deberían ser aficiones y que en ningún momento estamos obligados a consumir nada que nos disguste. Teniendo una actitud más abierta y flexible hacia las obras es como acabaremos disfrutando más al final.

*Nota de la autora del 20/04/2024: visto el desarrollo de los acontecimientos en los últimos capítulos del manga de Oshi no Ko, se nos hace ya imposible defender esta obra. Por tanto, nos retractamos de nuestras palabras al menos en lo que a esta respecta.

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