My Hero Academia: la innovación de lo clásico

Las historias de superhéroes representan una constante en la ficción moderna en todos los medios: series, películas, cómics, libros, videojuegos, animes, mangas… Dentro de la multitud de historias de esta temática que surgen cada día, algo tendrán que tener las más famosas para estar en boca de todos. My Hero Academia, creador por el autor Kōhei Horikoshi, ha conseguido hacerse un sitio dentro de los grandes representantes de la Shonen Jump, ofreciendo una de las representaciones actuales más conocidas de este subgénero. Sin embargo, la pregunta es obligada: ¿por qué My Hero Academia ha llegado a adquirir tanta fama?

Normalmente se debe encontrar un equilibrio entre varios factores para que un manga o anime triunfe: una buena historia con un desarrollo prometedor, un estilo propio o rompedor, un elenco de personajes carismático, actores de doblaje que realmente traigan a la vida a mentado plantel, una banda sonora apropiada que se use adecuadamente… My Hero Academia, a pesar de la fama que ha cosechado desde el estreno de su manga —7 de julio de 2014— y de su anime —3 de abril de 2016—, destaca en muchas de estas áreas, pero en otras tiene algo más cercano a un aprobado justito.

/ © Bones

En este artículo no se pretende hacer un análisis pormenorizado de cada aspecto de la obra. Se trata de una aproximación superficial a la mayoría de los aspectos que la comunidad valora en un manga o un anime, explicándolos sin spoilers y de forma muy básica. Una vez finalizada esta exposición, se concluirá cuales son los puntos fuertes de My Hero Academia y se dejará a consideración del público si realmente deberían darle una oportunidad a Deku y compañía, en el extraño caso de que no estén familiarizados con la serie. Sin más dilación, ¡plus ultra!

Historia y dibujo: ¿por qué funciona lo simple?

En lo referente a la historia se debe admitir que la premisa inicial no es la más innovadora. Que una mutación ofrezca poderes variados a un número de individuos, los cuales se forman en una institución especializada, es una narrativa de la que ya hemos visto mil variaciones. Por ejemplo, pocas personas no conocen a día de hoy a la Patrulla-X, más conocida bajo el nombre de X-Men —nombre quizá no inclusivo, habrá que actualizarse—. En estos cómics estadounidenses, Charles Xavier funda la Mansión X, lugar especializado que ofrece refugio a personas con poderes —llamadas mutantes— y donde desarrollan sus particularidades en un entorno propicio. Este lugar es también la sede de los propios X-Men, el equipo específico que luchará por la paz y harmonía entre mutantes y humanos y cuyo peor rival será Magneto —el archienemigo de Charles Xavier—, quien considera que una convivencia pacífica entre ambos grupos es imposible. Cierto es que My Hero Academia ofrece variaciones de la historia interesantes con elementos, asociaciones e ideas que merecen la pena explorar en profundidad —tanto en sí mismas como la manera en la que se implementan—, pero la sinopsis en bruto es la misma. Aún así, esto no es malo en demasía; es innegable que las bases son básicas y ya vistas, pero con la inclusión de otros factores, personajes y narrativas, la historia en ciertas ocasiones se aleja de lo esperable y hace que el público continúe enganchado.

¿Un público muy específico? No demasiado. Gracias al hecho de que combina arcos escolares, de entrenamiento, desarrollos de personajes y momentos de acción superheroica, My Hero Academia puede resultar interesante a una gran cantidad de personas o, por lo menos, llamar la atención como «obra en la que encontrar varios tropos con un regusto a superhéroes estadounidenses». Porque las influencias de Marvel y DC Cómics —las dos compañías más conocidas en este tipo de historias— son claras, tanto en el propio Horikoshi como en su obra, tanto de forma implícita como de forma explícita. En el trazo y discurso de la historia, el autor tiene la capacidad de recordarle al lector que, aunque esté leyendo un manga, la progresión de la historia, ciertos aspectos del estilo de dibujo y diseño de las peleas podrían encontrarse en cualquier cómic del género occidental. Además, la sucesión de elementos narrativos y su ejecución no tienen nada que envidiarle a los mejores cómics norteamericanos. Cuando llega el momento de la acción, las peleas de Horikoshi son claras y directas; apenas hay sinsentidos de líneas para reflejar velocidades inimaginables o una maraña indescifrable de explosiones y personajes en una misma viñeta.

Ya en el primer capítulo del manga se pueden ver figuras como Superman o Spiderman. Además, en el crossover de la viñeta de la derecha vemos que no es una idea tan descabellada este «intercambio de influencias». / © Shūeisha

Personas y personajes: variedad de formas, colores y personalidades

El hecho de que los personajes se vean e identifiquen fácilmente es algo primordial y ventajoso para la obra, pues, si hay algo de lo que My Hero Academia puede presumir, es de un diseño de personajes único. Si se empieza por el apartado visual, el plantel de personajes está compuesto por miembros que podríamos identificar a partir de su silueta en negro o incluso por su paleta de —pruebas que normalmente se aplican en la red para saber si los diseños son lo que se considera tradicionalmente «buenos»—. Cierto es que hay algunos casos que pueden pecar de sexualizar agunos personajes y esto se intenta justificar a través de las particularidades del individuo y su poder —en un futuro este tema se tratará con más detenimiento—, pero, en la mayoría de los casos, se presentan formas interesantes con vestimentas y artefactos incorporados que sacan el máximo partido al personaje y hacen que este quede memorizado en tu retina.

En relación al aspecto del plantel en general y los poderes de los personajes, se puede sacar otra vez a relucir la relación directa de Horikoshi con el cómic de superhéroes tradicional, pues se dan paralelismos que son imposibles de ignorar: All Might y Superman, All For One y Rogue, Hawks y Angel o Hawkman, Overhaul y Molecule Man… La lista sigue, pero tampoco podemos obviar las habilidades singulares que destilan originalidad por parte del autor y las cuales resultan increíbles de ver en combate, pues poca gente podría sacarle tanto provecho a una habilidad aparentemente mundana o ser tan torpe con una habilidad tan buena —narrativa ya comentada en esta web anteriormente— como en los casos que aquí se dan.

Además, la historia se desarrolla por arcos en los que grupos de personajes variados entran en acción. En estos “equipos” no es inesperado que se pueda encontrar a un representante que se ajuste a los gustos del lector, ya sea por sus preferencias de estilo o personalidad. Esto causa que el público general esté casi siempre satisfecho en la mayoría de los arcos, pues sin importar el grupo de personajes que aparezca, casi siempre podrá encontrar a alguno de sus favoritos en el foco de la acción. My Hero Academia le concede el tiempo justo a todos ellos para que brillen a su manera, gracias a su poder, su personalidad, sus ideales o su trasfond

Porque si hay otro punto en el que esta historia destaca es en la historia y, sobre todo, el trasfondo de sus personajes. Obviamente, tenemos los tropos básicos de cualquier anime de acción famoso: el protagonista adolescente superpuro que, ayudado del poder de la trama y de un aumento de fuerza gratuito, acaba con un villano con más años de experiencia; un amigo rival que al principio le hizo la vida imposible pero que, poco a poco, empieza a caer ante los encantos sus encantos; otro rival callado y competitivo que, simplemente, tenía problemas familiares sin resolver; un villano que es la encarnación del mal puro y sin ningún atisbo de bondad, justificado esto por un acontecimiento traumático del pasado… Pero también hay mucho más. No todos los buenos son siempre tan buenos, ni los malos son siempre tan malos. Además, lo que realmente importa es la evolución de dichos personajes. Es una serie tan larga que los ideales de alguno de los protagonistas —quienes, al fin y al cabo, son adolescentes en crecimiento— cambian si comparamos los primeros capítulos con los últimos. También se puede dar el caso de que un secundario se introduzca como un héroe prometedor adorado por los fans y que un giro de guion haga que pase a ser odiado por un sector del público, y viceversa.

«No me des la brasa» y otras frases que Hawks le diría a Endeavor, dos héroes que con sus arcos ilustran lo rápido que pueden cambiar las opiniones del fandom sobre ellos. / © Bones

Adaptación audiovisual: el potencial de mejorar o empeorar algo

Si se tratan aspectos más específicos del anime, hay una conjunción de elementos que se deben tener siempre en consideración en cualquier adaptación: la propia animación de la producción y cómo pasan al movimiento escenarios estáticos, la manera en la que la música acompaña y crea ambiente, y la actuación de los seiyūs, figura respetadísima en el panorama manganime. Por otra parte, en este artículo se dejará de lado tanto el subtitulado como el doblaje al español de este producto, pues son temas que darían para artículos académicos bien planteados.

Si hay una palabra que puede describir al estudio Bones respecto a My Hero Academia es la irregularidad. Hay temporadas enteras en las que se maneja un nivel de producción y animación bestial, con un ritmo en consonancia a la sucesión de hechos en el manga. Sin embargo, hay escenas que en el manga se presentan con una personalidad única que el anime borra totalmente. Al comparar ambos medios fríamente, si se aplicase color al estilo de Horikoshi no quedaría ninguna duda de qué formato es superior en el apartado visual —porque también se debe admitir que los poderes relacionados con fuego o elementos siempre quedan mucho más estéticos animados—. Además, hay arcos que son dilatados anormalmente para que cuadren justo con la duración estándar de una temporada tradicional de anime.

Encuentra las siete diferencias. / © Bones / © Shueisha

Sin embargo, no todo lo relacionado con el anime de My Hero Academia es malo. En el arco actual se está recuperando el nivel que enganchó a todo el público a la pantalla en los primeros días de la obra, ahora con un cariz y tono mucho más oscuro e inquietante.

Si pasamos a la banda sonora solo se pueden decir cosas buenas. Yuki Hayashi es el encargado principal de acompañar con sus composiciones las escenas del anime. Este artista tiene la capacidad de crear una banda sonora con identidad propia y melodías que encajan a la perfección con cada momento y personaje, haciendo que el público reconozca enseguida el tema o leitmotiv de un personaje aunque se trate de una variación —el tema de los villanos— o se emocione con una escena en la que el héroe se levanta con la voluntad intacta, listo para seguir luchando —el tema principal del anime es el ejemplo perfecto, el cual puede causar un efecto similar a Portals en los fans del UCM—. Solo con una pieza de esta banda sonora un simple puñetazo puede llegar a convertirse en esa escena de la temporada que te ponga los pelos de punta.

La banda sonora tampoco es el único elemento capaz de ponerle la carne de gallina al público. Si un anime cuenta con un plantel excepcional de personajes, debe contar con un elenco de voces que esté a la altura y, desde luego, el de este anime es de lo mejorcito. Grandes nombres de la industria como Daiki Yamashita, Nobuhiko Okamoto, Yuki Kaiji, Ayane Sakura, Aoi Yūki, Marina Inoue, Yūichi Nakamura, Junichi Suwabe, Kōki Uchiyama o Kenjiro Tsuda hacen su aparición en el plantel. Todos con una fama que les precede, cumplen su cometido como profesional del doblaje a la perfección: poner voz y, sobre todo, sentimiento a sus personajes, dotándolos de una personalidad y tonos inconfundibles. Al ver este anime y conocer a un nuevo personaje —incluso secundarios con pocos segundos en pantalla— es normal que el pensamiento de «esta voz me suena» aparezca, para al final descubrir que ese seiyū por el que tienes debilidad ha trabajado en este anime.

Entonces, ¿My Hero Academia merece la pena o es solo otra historia de superhéroes más?

Cuando la gente empieza My Hero Academia, normalmente ya sabe a lo que va. A día de hoy, todo el mundo ha oído hablar de esta historia en algún momento, sea por polémicas en Twitter o por el hecho de que ya lleva tres películas estrenadas en cines a escala mundial. Si una persona se está planteando empezar este manga o anime, ya sabe qué se va a encontrar en un primer momento: adolescentes, una sociedad con superpoderes, una historia de superación, malos que quieren destruir el mundo… Juntando todo esto al hecho de que es un anime nekketsu, uno puede establecer ya una línea argumentativa que seguirá la historia sin ni siquiera empezar el primer capítulo.

Marvel no es tan exageradamente popular en Japón como en Occidente. Con todo, para el estreno de Infinity War, se recurrió a una estrategia de márketing en la que sí estaban involucrados héroes —y villanos— célebres entre este público. / © Marvel / © Kohei Horikoshi

Sin embargo, aunque el argumento en sí no es el punto fuerte, lo que realmente se busca es que la historia se lleve de una forma divertida y amena, con escenarios épicos y momentos que llenan el corazón de bienestar y una sensación de triunfo. Este es el mismo escenario que se repite una y otra vez con las películas de superhéroes. No le puedes pedir peras al olmo y buscar una historia con la que te cuestiones tu vida cuando el objetivo principal de esa obra es otro. Con todo, My Hero Academia puede sacarte cuando menos te lo esperes un elemento sorpresa y de repente vuelves a sentirte como en los minutos finales de Infinity War. My Hero Academia es capaz de innovar y triunfar dentro de lo clásico.

Esta obra es, a fin de cuentas, una historia de superhéroes; como manga, cumple con creces con lo que busca; como anime, destaca en unos aspectos mientras que en otros cojea. Si sabes lo que buscas —un anime escolar, un placebo de las películas de Marvel o DC, algo simple para ver en descansos…— y crees que lo puedes encontrar en este anime, ten por seguro que lo hallarás.

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