Opinión: La dictadura de la inmediatez

Recuerdo en 2019 la salida de la ultima película de los Vengadores. Marvel había estado en los últimos meses recogiendo el hype que había estado sembrando durante el ultimo lustro y prometía cerrar con broche de oro casi todo lo que había estado planeando en un gran viaje de diez años. Endgame era la culminación de muchísimo trabajo detrás y, aunque la crítica fue divisiva en algunos puntos, fue una película que acabó atrayendo a propios y extraños. El problema, sin embargo, fue una reacción de un cierto grupo de gente de la que hablará este artículo, esas personas que cerraron un trabajo de una década y lo único que pensaba era: «Vale, muy bonito, ¿pero para cuando lo siguiente?«

Los productos audiovisuales suelen ser, por lo general, muy complejos de hacer, ya sea por coste o por pura ejecución. Por ello, es completamente entendible que muchos de los títulos que salen tengan mucho tiempo de desarrollo detrás. Esto suele ser entendible para la mayoría de gente, pero hay un grupo muy concreto de personas a la que todo esto le da igual, porque necesitan que todos los productos —término que no me gusta usar a la hora de conseguir un genérico entre series o videojuegos, pero no tengo otro— estén ya, a su disposición sin ningún tipo de esperas. Y cuando sean consumidos, a pedir que el siguiente esté y vuelta a empezar. Este pensamiento es potencialmente nocivo porque ilustra a todo lo audiovisual como un tic en una lista que hay que terminar rápido para ir a lo siguiente y no para a pensar en los propios títulos más que comida basura que quitar de en medio. Es cierto que la pasión desmedida puede hacer que una persona fulmine una franquicia a una gran velocidad —de hecho, mucha gente sabe que con la caña que yo mismo le doy a muchos títulos los termino mucho más rápido que la media— por lo que no se puede juzgar en un vacío a nadie por consumir —de nuevo, termino horrible que equivale las obras de distintos medios a algo como un Big Mac— de forma apresurada, ya que muchas veces el deseo de devorar nace de tener cariño a algo, pero hay un punto en el que la gente empieza a exigir que todo vaya a su ritmo porque si no esta mal, y esa es una línea que no se debe cruzar.

Hay gente a la que le parece un delito imperdonable que antes de que salga el juego no se hayan revelado todas las evoluciones de los iniciales. Pero de decir que se lo deben. © Game Freak

Siendo sinceros, aunque esto es algo que pienso desde hace bastante, la idea de escribir este artículo no empezó a gestarse hasta que hace unos días, que se filtró una pelea importante de God of War Ragnarok, titulo que a día de hoy no ha salido. Si bien que algo de un juego salga antes de tiempo por algún rufián es algo tan común como éticamente comprometido, la respuestas de las redes sociales fue especialmente curiosa: había, y no especialmente poca gente, justificando el leak porque según su punto de vista «el juego aún no había revelado lo suficiente y si esta pelea hubiera sido mostrada en un State of Play exclusivo del juego, no se habría filtrado, por lo que este destripe es, hasta cierto punto, merecido» Quitando la chorrada que es el mensaje en su superficie —si eso hubiera salido en un SoP se habría escapado cualquier otra cosa— ese pensamiento denota una corriente algo nociva respecto a los títulos que van saliendo, la que dice que los juegos deben mostrar todo lo que tienen antes de incluso su salida. La ultima entrega del título del bueno de Kratos ha tenido varios tráileres en conferencias normales e incluso ha gozado de una serie de vídeos con trozos de gameplay separados. ¿No os parece suficiente? ¿Está mal que el juego guarde sorpresas? De nuevo, todo esta forma de pensar nace de la necesidad de la inmediatez, el «lo quiero ya, lo necesito ya, si no, está mal, tienen que seguir mi ritmo» y es un pensamiento que no es sano de ninguna forma.

Esto genera, irónicamente, una serie de discordancias en lo que uno quiere, y el caso más grave es el de Pokémon. Esta saga, que siempre genera quejas haga lo que haga, también suele ser victima del ansia por tener un título cerca de salir, pero en este caso ocurre algo extraño. Es de conocimiento popular que los títulos de Pokémon tienen un tiempo relativamente bajo de desarrollo comparado con otros títulos distribuidos por Nintendo, cosa que por supuesto ha calado entre el público, a veces con críticas ácidas y otras con gente pidiendo retrasos para limar asperezas. El tema es que casi todo el mundo coincide en que Pokémon podría hacer mejores juegos si Game Freak estuviera un tiempo sin publicar nada gordo hasta la siguiente generación. Aunque suena que todo el mundo estaría de acuerdo, hay una cosa que revela que la gente no puede vivir sin que le den contenido constante: En el año 2015, entre la salida de los remakes de Rubí y Zafiro y el comienzo de la séptima generación, Game Freak decidió no publicar ningún título nuevo y simplemente dejar que Spike Chunsoft sacara la nueva —y última a dia de hoy si no contamos remakes— entrega de Pokémon Mundo Misterioso. Al contrario que el idílico supuesto que la gente auguraba, las críticas no dejaron de llover, porque no podía ocurrir que hubiera un año sin ningún título de Pokémon gordo en la recta final del año. En este punto quien escribe estas líneas no entiende que quiere la gente, y para qué la gente se queja de que se deben dar un descanso si luego esa misma gente va a ser presa del ansia cuando en efecto, se lo den.

Todos están en contra del crunch hasta que nos enteramos que tendremos que esperar más de un año para ver el final © MAPPA

Y por ultimo, en lo que a juegos respecta, me gustaría hablar de un tema que me toca de cerca. Como ya sabéis, soy un ávido fan de Trails y este pensamiento está chocando directamente con esta franquicia de un tiempo a esta parte, pues resulta que no es extraño ver gente que, al tener cerca de diez juegos por jugar, se enganchan y se fulminan la franquicia, cuyas entregas rozan las 40 horas de media, en un mes o dos. Esto de por si no es necesariamente un problema, a lo mejor los juegos no están planteados para ser disfrutados así pero nadie es policía de nadie. El problema es, sin embargo, cuando tras terminar el último titulo disponible en occidenteCold Steel IV a la hora de escribir este artículo— se cabrean porque no puede ser que los títulos siguientes no estén traducidos. Esto es un tema gris, porque por un lado puedo entender que la gente, presa del ansia, se acabe destripando plot points futuros o jugarlos de forma cutre y no me parece mal, hasta yo mismo lo he hecho. Lo que no se puede hacer es, después de devorar más de diez años de videojuegos en menos de un trimestre, quejarse porque una franquicia que hace lo que puede —es una franquicia de nicho que hasta ahora no ha podido justificarse para sacar localizaciones de todos sus títulos, por no decir que ha tenido severos baches— está yendo demasiado lento cuando esa empresa de localización está publicando la friolera de tres títulos de dicha saga con una cantidad de texto monstruosa en un año. ¿No os parece suficiente? Al que escribe estas líneas también le gustaría poder jugar a Kuro no Kiseki en inglés pronto, por supuesto, y NISA no es santo de mi devoción, pero es increíble que ahora que se están poniéndose las pilas no sea suficiente porque, por alguna razón, es imposible esperar. Anda que no hay otras franquicias maravillosas que descubrir entre salida y salida, en lugar de que el ansia devore a uno por dentro. O simplemente esperar como personas normales, con hype pero no exigiendo nada como si uno estuviera por encima del bien y del mal. Y ni hablemos ya del movimiento que quería que se saltaran—de nuevo, por cierto— la localización de los juegos de Crossbell solo para poder llegar antes a los títulos nuevos, porque el pensamiento egoísta de «ya lo he jugado con una traducción hecha por fans, que al resto les den» también navega fuerte en esta discurso.

Y aunque pueda parecer lo contrario por este alegato, no solo ocurre con videojuegos. No es descabellado que, cuando temporada de una adaptación manga como Shingeki no Kyojin o Jujutsu Kaisen termina su recorrido la gente —se entiende que no todo el mundo, me refiero a este tipo de personaje que es cada vez más común— no deja de pedir que la siguiente temporada sea ya, y que se queje y vea imperdonable que tengan que esperar dos años para la conclusión del anime que siguen. A muchos se les llena la boca con que empresas como MAPPA merece derechos laborales, pero bien que no tienen ningún problema en olvidarse de esta concienciación cuando se habla de que la ultima parte de la serie de los Titanes se marcha a 2023.

Claro que todos queremos disfrutar de las cosas que nos gustan lo antes posible, y es completamente respetable desear que ojalá algo saliera antes, por supuesto, pero el problema de todo esto es cuando este tipo de gente cruza la linea, se empieza a quejar y a tomarselo como un derecho y lo siento pero no me parece bien. La gente produce sus trabajos al ritmo que puede al igual que revela las cosas de la mejor forma que cree y ser un odioso inaguantable en internet porque no se puede tener un jueguito ahora, llorando como un niño pequeño que es incapaz de entender como funciona el mundo, hace más mal que bien. A veces me da verguenza compartir hobbies con gente así, por lo que si tenéis que tener prisa en algo que sea en crecer, por favor.

Un comentario en “Opinión: La dictadura de la inmediatez

  1. Ansiosos hubo y habrá siempre, en mi opinión se ha recrudecido con (en el caso del contenido audiovisual) las plataformas streaming que te permiten ver un capítulo tras otro sin tener que esperar una semana. En lo personal no tengo problemas con esperar la nueva temporada de los anime que sigo porque tengo un maravilloso tiempo por delante para especular sobre el posible desarrollo, armar teorías conspirativas XD y por supuesto ver otras cosas. Además tiene su encanto poder marcar una fecha específica en la cual se estrenará la nueva temporada de la serie, sabes que ese mes se vuelve especial. Pero bueno no todos piensan así. En conclusión la ansiedad mata y perjudica a la industria. Excelente artículo, saludos 🙂

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