Editorial: 200 cuervos después

El 11 de octubre de 2021 fue un día que la gran mayoría de la plantilla de Futoi Karasu tenemos marcado en nuestro calendario personal. Y es que esa fue la fecha en la que esta web se abrió por vez primera al público y, por tanto, en la que fueron publicados sus tres primeros artículos. A saber, un análisis de los paralelismos entre Beastars y la serie de novelas Crepúsculo centrado sobre todo en el amor y la represión de los instintos, la primera parte de un monográfico sobre Resident Evil, que desgranaba la trilogía clásica de la saga y una disertación sobre los problemas del lolicon desde una perspectiva ético-artística.

Hoy se cumplen 200 artículos alojados y acomodados entre los unos y ceros que conforman esta web. Algo más de 9 meses —o, si nos permitís ser lo más exactos posible, un total de 276 días— separan esta duocentésima publicación de aquella primera equis roja en el calendario de la bandada y, en ese tiempo, Futoi Karasu ha pasado de ser un pequeño embrión dentro de un huevo, impaciente por romper la cáscara del mismo, a un pollo que ya muda sus primeras plumas mientras intenta practicar cómo funciona eso de volar.

Desde el primer instante dejamos claro que no queríamos, al margen de ser un proyecto sin ánimo alguno de lucro, que este fuese otro medio al uso sobre el mundo otaku, como tantos otros. Había sombras demasiado alargadas sobre el medio y queríamos ofrecer un punto de luz, por pequeño e insignificante que fuese. Nunca pretendimos hacer noticias en el sentido clásico de la palabra, ofrecer los mismos contenidos que nuestro público podría encontrar en cualquier otro espacio web del estilo ni, por supuesto, que nos percibiesen como otro medio más que se jactase de objetivo y/o imparcial. Al final, hay pocas cosas más subjetivas y menos imparciales que el análisis del arte y, por supuesto, huelga decir que el manga, el anime y, faltaría más, pese a que algunos aún se empeñen en negarlo a día de hoy, los videojuegos, son campos artísticos más que establecidos. Antes incluso de romper nuestro cascarón teníamos claro cómo y dónde posicionarnos. Éramos, y tenemos pensado seguir siendo, un plantilla concienciada con lo social, en contra de cualquier discurso de odio u opresión y queríamos que eso se viese reflejado en nuestros contenidos desde nuestro primer aleteo. Sin neutralidad. Así que pronto llegaron los artículos defendiendo la demografía femenina frente a las habitualmente misóginas e infundadas críticas, poniendo en cuestión la financiación de autores con graves cargos criminales a sus espaldas o incluso colocando sobre la mesa el tema de la male-gaze y el «baboseo» tan común en el mundillo. Como recordaréis, también dedicamos una semana completa al colectivo LGBTQ+. Y no sólo por concienciación, sino porque un altísimo porcentaje de nuestra plantilla pertenece a él.

Pero no sólo de concienciación política se alimentan los cuervos y nuestros redactores y redactoras, que cada semana se devanan los sesos para ofreceros el mejor contenido posible, también han escrito de temas menos comprometidos —o controvertidos— pero no por ello menos interesantes. Sea cual sea el día de la semana que cliquéis en nuestro enlace podréis encontrarnos reflexionando sobre cual puede ser la tan mencionada esencia de Final Fantasy, recomendando obras sobre los pecados capitales o, por descontado, ofreciendo también artículos con perspectivas profundas y contextualizadas, más en el curso y dirección de los anime/game studies. En Futoi Karasu nos hemos atrevido con la libertad de la robótica, el eroguro, las historias de espada y brujería e incluso la reproducción de los Zora.

Así como los redactores son una mitad fundamental de esta humilde revista online, nuestra bandada tampoco sería nada sin un público fiel que escucha —más bien lee— semana tras semana todos nuestros graznidos. Podemos decir sin temor a equivocarnos que tenemos una de las mejores bases de seguidores que podríamos tener. Quizás no sea la más grande por el momento, aunque todo se andará, pero desde el primer día que asomamos nuestro pico entre las ramas, su apoyo se hizo notar. Nunca hemos sufrido una polémica grande o importante, pese a lo fuertemente posicionados en lo ideológico y lo moral que han estado tantos de nuestros artículos y siempre nos han brindado, regularmente, feedback muy necesario. Siempre han compartido nuestros artículos, siempre nos han dado palabras de ánimo y apoyo y siempre, en definitiva, han estado ahí. Y eso, en una web como esta, que no sólo es un polluelo aún, sino que tampoco maneja ingresos u ostenta un gran alcance o repercusión, es la mejor de las recompensas posibles.

Quizás el verdadero sentido de este editorial no sea congratularnos de haber logrado dos centenares de artículos cuando, como tantas otras meritorias iniciativas, nuestro nido podría haber caído del árbol aún a medio construir. Quizás tampoco sea el hacer un recorrido autoindulgente por nuestra aún corta trayectoria. Quizás el verdadero sentido de todo esto sea daros, en definitiva, las gracias. Porque todos esos ceros y unos que conforman este ponedero de córvidos y que tan cibernéticamente fríos podrían parecer son en realidad para Futoi Karasu tan cálidos como el más amable de los abrazos. Gracias a quienes nos leyeron ayer. A todes. Gracias a ti, que estás leyendo esto hoy. Y gracias a quien mañana nos visitará para ver qué escriben entonces nuestras plumas de cuervo. Por otros 200 cuervos más.

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