El mercado de los otomes en Occidente, desde hace años hasta la actualidad, ha estado encabezado por Aksys Games, prácticamente la única empresa que ha estado localizando juegos de este género de manera consistente. Desde el año pasado, parece ser que Idea Factory International está volviendo a subirse al carro de la localización tras un par de años inactivos —en lo referente a juegos otome—. Este hecho ha desembocado en que, poco a poco, Aksys Games está perdiendo su monopolio en este mercado tan nicho —hecho del que se han estado aprovechando, todo sea dicho—.
El primer juego otome que trajo Aksys Games fue el Hakuōki ~Demon of the Fleeting Blossom~ allá en 2012 para PSP y, aunque tímidamente al comienzo, poco a poco fueron trayendo más y más juegos. Actualmente, motivado por el éxito que tiene la Nintendo Switch, el catálogo de juegos otome localizados es bastante amplio y goza de un buen número de títulos —superando ya sin problemas a su antecesora en ese sentido, la PS Vita—. Sin embargo, hay un detalle que no ha pasado desapercibido, aunque es cierto que, en los últimos años, esta tendencia está cambiando: los juegos que solían traer y el marketing que hacían siempre estaba dirigido al público masculino, además del poco cuidado que había con su localización. Dejemos claro una vez más, por si las moscas, que los otomes no son exclusivos para mujeres, pero sí que la mayor parte de su público es femenino.

Si se habla de juego otome, lo primero en lo que se piensa, o se debería pensar, es en el romance, puesto que es una parte clave. Ya sea en mayor o menor medida, todo otome debe tener romance explícito con, al menos, dos personajes o más —si no, pasaría a ser una visual novel de romance lineal—. ¿Qué ha estado ocurriendo durante años con los juegos que localizaba Aksys Games? Que, a pesar de ser otomes, el romance solía quedarse en un segundo plano. Dentro de estos juegos hay géneros y subgéneros para aburrir: hay fantasía, hay históricos, hay ciencia ficción, hay de modern day, hay de misterio, hay de comedia romántica… Hay de lo que se busque, pero que casualidad que los que nos llegaban siempre eran precisamente los más oscuros, plot heavy y claramente más fáciles de vender a un público masculino. Dios nos libre de que un hombre pueda disfrutar de un juego donde tenga que romancear a otros hombres sin tener que volverlo violento, lleno de acción y donde no prime el romance. Sin ir más lejos, buscando «juegos otome para hombres» —no galges, si no juegos otome como tal—, las recomendaciones son juegos donde es más importante la historia y no el romance, reafirmando esto. Cuidado, no vaya a ocurrir que un hombre pueda jugar a un otome sin tener que recalcarle una y otra vez que tienen historia, que el argumento es superimportante y que el romance es una ínfima parte del juego.
Se puede llegar a entender que, durante los primeros años cuando el mercado se está creando, se intente apelar a todos los públicos para lograr atraer al mayor número de clientes posible. Sin embargo, si el mercado ya está establecido, seguir intentando atraer al sector más minoritario de este es una mezcla entre absurdez y, siendo sinceros, misoginia.

Si queréis leer la entrevista entera, podéis hacerlo desde la página de Siliconera.
¿Qué tiene de malo que un juego otome sea todo brilli brilli, romance bonito, slow burn y cosas que no requieran traumatizar al jugador? Sin ir más lejos, los juegos que mencionan en la entrevista [foto anterior] tratan de una serie de policías resolviendo atentados terroristas, mientras la MC está siendo monitorizada por el cabecilla del grupo terrorista, corriendo el riesgo de morir en cualquier momento; el segundo, sobre la mafia italiana, con todo lo que conlleva, que no es precisamente vender piruletas a los niños. ¿Por qué hay que vender los juegos otome de cualquier forma menos apelando al romance?
¿Os dais cuenta de cómo hablan de los juegos otomes precisamente la gente que los localiza? Si están dirigidos para las mujeres, parecen ser juegos de segunda; tienen que gustar también a la audiencia masculina —¡como si no les pudiesen gustar los juegos de brilli brilli, romance bonito y slow burn!—, pese a ser juegos tradicionalmente dirigidos a mujeres, porque todo el mundo sabe que nada está dirigido hacia los hombres nunca. Para gustos los colores, por supuesto. Hay chicas que prefieren juegos más oscuros, donde los intereses románticos no sean precisamente angelitos y sus acciones sean moralmente cuestionables, y es algo válido. Sin embargo, también hay chicas que prefieren chicos lindos que quieran llevarte de cita a una cafetería, te regalen flores y entre todo esto se vean envueltas en situaciones graciosas. Pero es que, hasta hace poco, no existía esta opción —hablando de juegos localizados oficialmente—. Que con esto no se entienda con que lo femenino tiene que estar siempre ligado a lo puro, a lo rosa y a lo tranquilo, por supuesto, pero es innegable que obras de ese tipo tiene un público amplio y hay mujeres que disfrutan con este contenido.

Aksys Games nunca ha dicho de forma explícita cómo compran las licencias, pero han dado a entender que Otomate les propone una serie de títulos y ellos eligen. Habría que ver qué títulos les proponen, pero es demasiada casualidad que todos los juegos sean siempre oscuros, violentos y más centrados en la historia que en el romance. Por si fuera poco, hasta el año pasado, los juegos de Aksys Games —concretamente, solo los otomes, dentro de todo su repertorio— siempre habían estado ligados a un malísimo trato de localización: errores de traducción, fallos ortográficos, bugs, problemas de formato… Lo que quieras, lo tienes. Menuda casualidad, de nuevo, que esto solo ocurra con juegos otome… Juegos dirigidos a mujeres. No podemos tener absolutamente nada.
Hay que romper una lanza a su favor, todo sea dicho. En los últimos años, poco a poco se están animando a traer más juegos de comedia romántica (por ahora dos, pero bueno, menos da una piedra y encima hace más daño). Y además, parece que le están poniendo más mimo a la localización, ya que hay muchos menos errores visibles.


Ojalá que esta tendencia se mantenga en el futuro: tanto el mejor trato a los juegos otome en todo su proceso de localización —incluyendo una mejora de un marketing bastante nefasto— hasta la variedad de géneros, trayendo también juegos más románticos y menos violentos. En definitiva, que traigan juegos otomes variados y que, de vez en cuando, recuerden que es el público femenino quien les hace el agosto.
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