Hay una discusión que vuelve cíclicamente en el mundillo de los videojuegos, y no, no me refiero a la de la dificultad ni tampoco a la de la piratería; estoy aludiendo al reiterativo debate sobre si las visual novels son o no videojuegos. El gamer puro y acérrimo, del que ya he hablado largo y tendido anteriormente, os dirá que no lo son; el fan de las visual novels asegurará aunque le vaya la vida en ello que sí lo son.
Y lo cierto es que el segundo grupo tiene razón, no obstante, por una vez hay algo de verdad en la postura de los gamers. Antes de que me matéis (porque al fin y al cabo esta es un web de cultura japonesa y lo más probable es que la mayoría de los que me estáis leyendo defendáis que sí lo son), os pediré que me dejéis matizar; y es que quizás lo más acertado sería afirmar que las visual novels son un híbrido de videojuego y novela. No obstante, no me parecen cosas excluyentes, por lo que, efectivamente, podemos afirmar sin lugar a duda que las visual novels son videojuegos.

Pero ¿por qué es acertado considerar un género (llamémoslo así) que consiste mayormente en leer como videojuegos? La clave está en la interacción. Hace unos años, cuando Netflix lanzó la película interactiva Black Mirror: Bandersnatch, surgió la polémica porque había quien decía que el filme era básicamente un videojuego, ya que tenía fragmentos interactivos en los que el espectador podía tomar decisiones y decidir así el curso de la trama. Esto os suena, ¿verdad? Exacto, es lo que podemos hacer también en la mayoría de las visual novels. Muchas de ellas tienen rutas a las que podemos acceder tomando decisiones que se nos plantean mientras avanzamos en la lectura. La interacción es el elemento clave que define a los videojuegos como tales, ya que el resto de elementos, en mayor o menor medida, los podemos encontrar en otros productos culturales.
Pero aquí surge una nueva cuestión: si podemos considerar las visual novels videojuegos, ¿qué pasa con los libros de elige tu propia aventura que fueron célebres hace bastantes años? Porque, si seguimos la misma lógica, por fuerza deberíamos considerarlos videojuegos también, ¿no? Aquí la clave está, según creo, en el formato. Aunque en esencia son básicamente lo mismo (historias en las que podemos elegir el curso de la narración), se presentan en formatos diferentes, de ahí que no podamos considerar videojuegos a los libros de elige tu propia aventura, ya que no tienen formato de juegos, mientras que sigo sosteniendo que las visual novels son, al final, un híbrido de ambas cosas.
Esto es hablando de las visual novels más puras; es decir, aquellas en que el grueso de la experiencia consiste en leer y tomar decisiones. Porque hay algunos juegos, en esencia considerados visual novels también, en los que tenemos otros elementos de gameplay. Sirvan como ejemplos los más famosos: la trilogía Danganronpa, los Ace Attorney y Zero Escape.

Aunque no son los únicos, ni mucho menos, de estos tres ejemplos quizás el que más gameplay tenga sea Zero Escape; también hay debate sobre si se los debería considerar visual novels, ya que son más juegos de puzles estilo escape room que visual novels propiamente dichas. Sin embargo, es notable que el texto y la lectura tienen un peso importantísimo que no podemos simplemente ignorar.
En ese caso, los JRPG también sabemos que son conocidos por tener mucho texto. ¿Deberíamos considerarlos visual novels? Rotundamente no, pues en ese caso lo que prima es el combate, subir de nivel, derrotar a jefes, adquirir conjuntos de habilidades y equipo para progresar en la historia. Como veis, todo depende del enfoque que tome la lectura con respecto al conjunto del juego y su peso.
Al final, lo que nos queda claro es que las fronteras están difusas y que los videojuegos (y cualquier producto cultural que se nos ocurra realmente) no son compartimentos tan estancos como podría parecer. Las visual novels son un híbrido de videojuego y libro porque el peso del texto y de la lectura son mucho mayores que en otros juegos y aparecen en un formato que no presentan los libros de toda la vida. Pero sí, por mucho que les pese a algunos porque consideran que no suponen un reto, las visual novels son videojuegos. Porque videojuego no equivale a dificultad y a reto, si no, experiencias relajantes como Animal Crossing tampoco las podríamos considerar videojuegos.
Pingback: Placid Plastic Duck Simulator: relax pato-dos | Futoi Karasu
Pingback: Opinión: no deberíamos despreciar un juego por su estética | Futoi Karasu