Creo que no me equivoco si digo que es raro toparse con un juego online popular que cuente con una comunidad mayormente sana y amable. Por eso no es de extrañar que haya bastantes personas reticentes a meterse en este tipo de juegos; nunca se sabe lo que te puedes encontrar. Esto, en parte, es debido a algo que ya comenté en el artículo dedicado a los gamers, y es que en general este hobby está lleno de gente tóxica. Muchos juegos online pertenecientes a diferentes géneros tienen fama de poseer fans cuyo comportamiento rivalizaría con el veneno de los mismísimos Grimer y Muk. Insultos, actitudes nocivas jugando, acoso y entorpecer lo que hacen otros jugadores a posta son el pan nuestro de cada día en muchos juegos en los que forzosamente tenemos que interactuar con otros seres humanos.
Yo soy una de esos jugadores recelosos de los juegos online, parcialmente debido a mi naturaleza introvertida, pero también a mis propias experiencias.
Veréis, no soy una persona nada competitiva con los videojuegos, me gusta jugar por diversión, para pasarlo bien. Por eso no suelo tomarme nada demasiado en serio a menos que me apetezca. Pero mucha gente considera que si juegas con otros tienes que ser forzosamente bueno, porque por algún motivo hay gente que no admite que juegues simplemente para echar el rato. Cierto es que muchos juegos poseen categorías distintas por si quieres jugar competitivo o por diversión, o también te emparejan con personas que tengan más o menos tu nivel, pero no siempre es así. Y por eso hay jugadores que no dudan en insultar a los que jugamos de forma distendida, o incluso a los que estamos aprendiendo, como si hubiese que saber y controlar todo lo referente al juego desde el principio, cuando eso es prácticamente imposible.

También, como otras muchas mujeres, por desgracia, he sufrido acoso sexual en juegos online. Este tipo de experiencias se fueron acumulando y me fueron alejando progresivamente de cualquier juego que me obligara a jugar con otros; me compré Smash Bros Ultimate para jugar contra la IA y creo que uno de los pocos juegos online que genuinamente he disfrutado en años recientes ha sido Splatoon 2, supongo que porque, entre otras cosas, no cuenta con chat y no sé si los demás jugadores están diciendo algo de mí, aportando así otra experiencia distinta. Pero es cierto que, más allá de Nintendo, es raro encontrar juegos en los que no haya chat de texto o de voz.
Pero a principios de este año 2022, decidí probar Final Fantasy XIV. Era prácticamente mi primera vez con un MMORPG, ya que mi experiencia anterior con ellos se reducía a haber probado brevemente algún free to play de Steam y dejarlo al poco por no gustarme. Me habían comentado que la comunidad de FFXIV es muy sana, pero yo no terminaba de creérmelo porque los MMO tienen fama de justo lo contrario.
Y tras un mes jugando debo decir que es precisamente así. Lo bueno de este juego concreto es que tiene mucho contenido que se puede jugar en solitario, por lo que ayuda bastante a que los que no estamos acostumbrados a jugar online nos vayamos integrando. Pero en las partes que hay que hacer con otros jugadores, como las mazmorras o los jefes, siempre temo retrasar a la gente o sentirme juzgada precisamente por esto mismo; no obstante, la respuesta siempre ha sido muy positiva, pues los jugadores más experimentados nunca han tenido problema en ayudarme y explicarme las cosas con calma y, de momento, nadie se ha metido conmigo. Veréis, en FFXIV, los jugadores nuevos somos lo que se conoce como sprouts porque al lado del nombre de nuestro personaje aparece un brote, una plantita, que nos identifica como novatos. Este hecho, que en otros juegos seguramente sería motivo de bullying y acoso, en FF casi que garantiza que los veteranos te traten bien y sean pacientes contigo. Y eso es algo que sin duda valoro, porque, como ya comenté antes, nadie nace sabiendo: todos necesitamos tiempo para aprender las mecánicas y hacernos a la situación. No es normal que la gente espere que sepa hacer una mazmorra a la primera si no la he visto en mi vida. Y con eso, poco a poco mi miedo a sentirme juzgada y a pensar que retraso y soy un estorbo para los demás fue desapareciendo progresivamente.
Al principio me intimidaba mucho entrar en la plaza de la aeterita de Limsa Lominsa (una de las tres ciudades principales del juego base) porque siempre está a reventar de gente, da igual la hora del día a la que entres, pero poco a poco me he ido acostumbrando a que haya otros jugadores conmigo en el juego y que sucediera lo contrario me resultaría raro.

Además, una cosa buena (entre muchas) que tiene FFXIV es que el contenido complicado no es obligatorio; en este juego puedes ser casi literalmente lo que quieras, es muy difícil no encontrar algo con lo que te sientas cómodo en él. Puede que no te guste hacer raids, pero en ese caso quizás puedas probar los trabajos de recolección y crafteo, que muchos jugadores encontramos muy relajantes. Yo, por ejemplo, estoy subiendo tejedor, carpintero y pescador en los ratos libres entre misiones y combates. Lo de la pesca es especialmente satisfactorio porque no soy muy fan de pescar en casi ningún juego, quizás exceptuando Animal Crossing. Pero en FFXIV las mecánicas de pesca son muy sencillas y, además, como incentivo, hay algunas recompensas, como el graciosísimo minion de Major General, un tiburoncito muy simpático, o una montura. Y es que, incluso aunque estas recompensas no nos interesen, montarnos en el barco y salir de pesca sale rentable, pues capturaremos muchos peces y además subiremos fácilmente de nivel.

Yo misma dije que iba a centrarme solo en la historia, pues de hecho lo que llevaba años interesándome de este juego era la trama y los personajes, pero al final he acabado haciendo más cosas porque el mundo de FFXIV te absorbe. No está solo el contenido del propio juego, ya que los jugadores, sin ir más lejos, organizan fiestas, conciertos o bodas, así que hay cosas para aburrir. Y es que es tan complicado encontrar un juego online en el que te sientas genuinamente a gusto, incluso siendo una novata como yo, y encima con recelo ante este tipo de juegos, que Eorzea termina dándote la bienvenida a lo grande.

Por esto debo deciros que si, como yo, habéis tenido malas experiencias jugando online y por eso FFXIV os produce rechazo, no dudéis en probarlo, de verdad. Que ese hecho no os asuste para nada porque yo tampoco me lo creía, pero es totalmente cierto que este MMORPG tiene una de las mejores comunidades que existen. Habrá (eso nadie lo duda) jugadores tóxicos, porque por desgracia eso es inevitable en juegos grandes con un número tan elevado de gente, pero la experiencia general es muy positiva y agradable, tanto es así que hace que me sienta realmente cómoda, como en casa. Y eso, debo decirlo, muy pocos juegos en los que tengo que interactuar con otros jugadores lo han conseguido.
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